En los documentos oficiales de la página web de la Generalitat Catalana se difunde que Valencia fue un territorio agregado a la Corona de Aragón por los reyes catalanes, arrogándose el gobierno de Quin Torra la “catalanidad” de la Corona de Aragón.
La acuñación del término de Cataluña no aparece hasta bien entrado el siglo XII. La “Marca hispánica” no era ninguna región administrativa, ni política, sino que era una línea divisoria imaginaria que delimitaba distintos condados: Ampurias, Rosellón, Barcelona, Gerona, Besalú, Osona, Cerdeña, Urgel, Pallars, Ribagorza. Según el gobierno del actual presidente de la Generalitat Catalana «la historia de Cataluña se inicia cerca del año 900, cuando Guifredo el Velloso se desliga de los reyes francos y da origen a la casa condal de Barcelona». La paranoia catalanista les ha llevado a inventarse la figura de rey de Cataluña y sustituir al título nobiliario de conde de Barcelona.
En un epígrafe de la “Expansión por el Mediterráneo” señala que con los reyes catalanes la Corona amplió su territorio y se incorporaron Mallorca, Valencia, Sicilia, Córcega, Cerdeña y Nápoles.
No existe una evidencia del uso del término “Corona catalano-aragonesa” en la Edad Media, ni la intitulación de reyes de Cataluña, ni el reino de Cataluña. La “praxis” anexionista es ir inoculando ciertos contenidos y quimeras históricas como verdades asumidas. Son falacias manipuladoras de los documentos archivísticos que tienen el objetivo de potenciar el sentimiento de identidad e interpretar de manera arbitraria la Historia. Se inventan un relato histórico para fundamentar la ansiada legitimidad nacionalista repleta de mitos y leyendas.
La terminología diplomática de la Corona de Aragón no satisface las ansías nacionalistas de Cataluña. Supone para ellos el reconocer la preeminencia del rey y del reino de Aragón sobre los demás territorios de la Corona, incluido el condado de Barcelona, que no posee el rango de reino. Para reflejar su delirio, lo mejor es inventarse una nueva como fue el título de “comte-reis” para los reyes de Aragón. Esta nomenclatura no está documentada en la archivística y consecuentemente esta falsa denominación sirve para igualar el título de conde de Barcelona al de rey de Aragón y no supeditar así la dependencia del territorio catalán, entidad de menor rango diplomático a la figura del rey de Aragón.
Los títulos del monarca que registran la documentación de los archivos aparecen en los epígrafes de la intitulación del protocolo inicial y en la cláusula del regnante del escatocolo. En estas partes del documento se refleja, de forma diplomática, siguiendo el mayor rango jerárquico y antigüedad, la relación de los títulos y dignidades que ostentaba el monarca en esa fecha y los territorios en los que ejercía la soberanía regia.
Vamos a recoger varios testimonios que ratifican lo afirmado a partir de la fundación del reino de Valencia en el siglo XIII. El rey Jaime I se intitulaba en los documentos con las siguientes denominaciones según el año de su reinado y los dominios que poseía.
Nos Iacobus, Dei gracia rex Aragonum, comes Barchinone et dominus Montispesulani -28 de abril de 1225-.
Nos Iacobus, Dei gracia rex Aragonum, et regni Maioricarum, comes Barchinone et dominus Montispesulani -25 de febrero de 1231-.
Nos Iacobus, Dei gracia rex Aragonum, et regni Maioricarum, comes Barchinone et Urgelli et dominus Montispesulani -11 de enero de 1235-.
Nos Iacobus, Dei gratia Rex Aragonum, Maioricarum, Valentie, comes Barchinone et Urgelli et dominus Montpesulani -18 de octubre de 1238-.
Se observa en la documentación que al registrar la relación de los títulos que ostentaba Jaime I el mismo año que capitula la ciudad de Valencia varía la posición que ocupaba el condado de Barcelona en los documentos regios, retrocediendo en la relación diplomática en esta fecha al cuarto puesto, después de los reinos de Mallorca y del Valencia, territorios cristianos conquistados respectivamente en los años de 1229 y 1238 e incorporados a la Corona de Aragón con el rango de reinos.
Pedro IV de Aragón el Ceremonioso se intitula.
En P[ere], per la gracia de Deu rey d’Aragon, Valencia, de Mallyorcas, de Cerdenya e de Corsega, e comte de Barchinona, de Rossello et de Cerdannya” -11 de octubre de 1344-.
Alfonso V de Aragón el Magnánimo se intitula.
Nos, Alfonsus, Dei gracia Rex Aragonum, Sicilie, Valencie, Maioricarum, Sardinie et Corsice, Comes Barchinone, Dux Athenarum et Neopatrie ac etiam Comes Rossilionis et Ceritanie (…)-9 de diciembre de 1428-
Vemos como conforme se iban incorporando nuevos territorios a la Corona de Aragón por derecho de conquista o por herencia dinástica o separándose de la “potestas regia”, la intitulación del monarca fue modificándose. Los títulos diplomáticos que el rey ostentaba se consignan por rango jerárquico y por antigüedad de soberanía de los dominios en los que ejercía la potestad.
Las injerencias en materia cultural e histórica de la Generalitat de Cataluña respecto a autonomías como la Comunidad Valenciana, Baleares o Aragón están a la orden del día. En el ámbito de la Comunidad Valenciana, partidos políticos del arco parlamentario constitucionalista han denunciado reiteradamente el adoctrinamiento de docentes que actúan deliberadamente en connivencia y con complicidad de la Consellería de Cultura y Educación de la Generalitat Valenciana.